
El panorama artístico de Extremadura en 2002 mostró una diversidad notable de propuestas, enmarcadas en un contexto de consolidación museística y creciente proyección internacional. En el MEIAC de Badajoz, la exposición Picasso Málaga permitió acercar al público extremeño la riqueza gráfica y pictórica de uno de los grandes referentes del arte moderno, estableciendo vínculos directos con la tradición artística universal. En paralelo, el Museo de Bellas Artes de Badajoz presentó la retrospectiva de Magdalena Leroux Morel, artista de origen francés vinculada a un expresionismo intimista, así como la muestra Adquisiciones y Donaciones 2001-2002, que puso en valor la política de enriquecimiento patrimonial del museo y su compromiso con la conservación del legado contemporáneo. En Cáceres, el Museo acogió las propuestas de Bárbara Walraven, Bert Holvast y Reiner Schiestl, tres perspectivas internacionales que subrayaron la apertura del espacio a nuevas sensibilidades. La Sala de Caja de Extremadura presentó Retorno de Antón Patiño, inscrito en la renovación pictórica gallega, mientras el Capitol Cultural Center reunió dibujos de Wifredo Lam, ampliando el conocimiento de su lenguaje híbrido afrocaribeño. Finalmente, Emilio González Núñez inauguró el Monumento a la Humanidad, integrando creación artística y reflexión cívica.
