A pesar de la regulación de las aguas residuales, estas van en aumento. Su principal impacto es la contaminación de los mantos freáticos por filtración natural como parte del ciclo del agua, ya que estas ejercen enorme presión en la mayor parte de los cuerpos superficiales de México a través de materia orgánica, sodios, grasas, aceites, pesticidas y una amplia variedad de sustancias químico-biológicas entre ellas los hidrocarburos constituyen el problema más generalizado. En materia de gestión ambiental, en México ha habido un desfase entre la emisión de la legislación ambiental y la creación de instituciones que tuvieran como prioridad la aplicación de esta legislación. Es así como las aguas residuales se convierten en un verdadero problema de salud pública, su gestión al respecto resulta fundamental para generar un entorno ambiental saludable, la seguridad alimentaria, la salud y el desarrollo económico.