De entre todas las especies forrajeras que se cultivan en España, la alfalfa (Medicago sativa, L.) ocupa el lugar más destacado. Su gran poder de adaptación a las diversas condiciones de clima y de suelo, por un lado, y su valor forrajero, por el otro, han hecho posible que el cultivo de esta especie se extendiera por todo el país y fuera conocido prácticamente por todos los agricultores. Actualmente se dedican al cultivo de la alfalfa 186.000 has. de las tierras de regadío y 51.000 has. de secano, siendo Cataluña y Aragón las dos regiones que ocupan, en este sentido, los primeros lugares (52.000 y 35.000 Has., respectivamente).

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