Hacer frente a la investigación en el campo de lo educativo nos antepone siempre al abismo de la forma de proceder, más aún, si hablamos de una forma de hacer investigación en los márgenes de lo cualitativo y si, a más inri, hablamos de hacer investigación con las infancias. Bien parece que sea una actividad hecha solo para unos pocos que se atreven a innovar e implementar estrategias que puedan hacer de la investigación algo vivo y con suficiente sustrato pedagógico y educativo. Sin embargo, ni es una actividad imposible ni debe quedar a la suerte del buen saber hacer del investigador o investigadora. Existen algunas estrategias de investigación que permiten llevar a cabo esta tarea para poner en valor la investigación desde el cuidado y el reconocimiento a las voces de los niños y las niñas. Un trabajo de investigación que ponga al adulto investigador al servicio de las infancias que en las siguientes líneas iremos desgranando, con el objetivo de saber colocarse como tal, utilizando las herramientas a nuestra disposición para escuchar a las infancias y sembrar el campo de la investigación educativa de nuevas voces y perspectivas.